A muchos de nosotros nos pareció desproporcionada la inversión reciente en un Satélite por parte del Gobierno venezolano. Me imagino que lo mismo le pareció a los venezolanos hace más de medio siglo atrás cuando se invirtieron 3.000.000 de Bs para la construcción de un Observatorio Astronómico.
Ver las estrellas desde el Observatorio de Mérida es una de las cuestiones más hermosas que uno puede experimentar. Tener el 4to mejor telescopio del mundo y ser el 2do observatorio más alto, nos hace sentir muy orgullosos. Para evaluar, sin embargo, la inversión en este tipo de infraestructura uno tiene que observar cuales beneficios para la sociedad genera tanto en términos de investigaciones como en efectos derrames. La verdad no se cual es el desempeño del Observatorio al respecto. Espero sea muy bueno.
Al Satélite, se le debe juzgar igual que al Observatorio. Quizá yo hoy piense que la inversión en el Satélite es desproporcionada, pero generaciones futuras pudiesen pensar otra cosa. Este es el dilema de la inversión en infraestructura relacionada con la ciencia y la tecnología: No sabemos exactamente qué beneficios tendrán. Espero que el satélite traiga muchos beneficios a los venezolanos, pero aun no lo sé.
Las generaciones que cargamos con los costos de estas inversiones diremos siempre, entre otras cosas, que se han dejado de construir casas y solucionar problemas importantes. Al igual, que como lo hicieron en los años 50 y 70 las personas que tuvieron que cargar con los costos de un Observatorio. Y las generaciones futuras juzgaran estas inversiones desde una perspectiva diferente. Lo que si pude concluir es que definitivamente, el petróleo da para todo…
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